Impermeabilización + aislamiento: cómo evitar humedades en edificios
Las humedades son uno de esos problemas que tarde o temprano aparecen en muchos edificios. Al principio suelen manifestarse con un simple cerco en la pared o un ligero olor a humedad, pero si no se atajan, pueden terminar en desconchados, moho e incluso daños estructurales. Además, afectan directamente al confort: nadie se siente cómodo en una casa fría, con manchas oscuras en las esquinas o con ese aire enrarecido que cuesta ventilar.
En la práctica, la única manera eficaz de prevenirlas es combinar impermeabilización y aislamiento. Una protege desde fuera, la otra regula el interior. Cuando trabajan juntas, las posibilidades de que aparezcan humedades se reducen al mínimo.
De dónde vienen las humedades realmente
En la mayoría de los edificios encontramos tres orígenes principales:
- Filtraciones de agua: la cubierta o la fachada no está bien sellada y la lluvia se abre camino.
- Condensaciones: el vapor de agua del interior choca con paredes frías y se transforma en gotas.
- Capilaridad: la humedad del terreno sube poco a poco por los muros, algo habitual en casas antiguas.
Un error muy frecuente es tapar el problema en lugar de resolverlo. Pintar con una pintura “antihumedad”, por ejemplo, solo oculta la mancha. Al cabo de unos meses vuelve a salir, normalmente con más fuerza.
Impermeabilizar: la primera línea de defensa
La impermeabilización funciona como un paraguas para el edificio. Si está bien ejecutada, la lluvia y la humedad exterior nunca llegarán al interior. Algunas de las técnicas más utilizadas son:
- Cubiertas planas y terrazas: láminas asfálticas o sintéticas, colocadas con el solape correcto.
- Fachadas: morteros impermeables o revestimientos hidrófugos que frenan el agua, pero dejan transpirar el muro.
- Muros en contacto con el terreno: morteros especiales resistentes a la presión del agua y sistemas de drenaje.
Conviene recordar que la impermeabilización no es un gasto, sino una inversión. Una terraza mal resuelta puede dar problemas cada invierno, mientras que una correcta impermeabilización puede durar décadas.
Aislar: la clave del confort
El aislamiento cumple otro papel fundamental: mantener las superficies interiores a una temperatura estable. De esta manera, el vapor de agua no condensa y las temidas manchas de moho no llegan a aparecer.
Entre las soluciones más comunes destacan:
- Lanas minerales (roca o vidrio), muy habituales en fachadas ventiladas y trasdosados.
- Paneles rígidos de poliestireno o poliuretano, empleados en cubiertas y sistemas SATE.
- Placas de yeso laminado con aislamiento incorporado, una opción rápida para reformas interiores.
Un aislamiento bien elegido reduce también la factura energética, porque evita fugas de calor en invierno y protege del calor en verano.
La combinación perfecta
Lo cierto es que impermeabilizar sin aislar, o aislar sin impermeabilizar, deja siempre una puerta abierta a la humedad. La experiencia en rehabilitación de edificios demuestra que solo cuando se combinan ambas estrategias los resultados son duraderos.
En zonas costeras, por ejemplo, no es raro encontrar viviendas con filtraciones y condensaciones al mismo tiempo. Allí, la solución pasa por aplicar membranas impermeables en el exterior y reforzar el aislamiento en el interior.
Beneficios claros
- Desaparecen las manchas y olores a moho.
- Se reducen los gastos de mantenimiento y reparación.
- El edificio gana valor gracias a una mejor eficiencia energética.
- La vida útil de la construcción se alarga, lo que evita sorpresas a futuro.
Materiales disponibles en Escayolas.es
En nuestra tienda online trabajamos con materiales que facilitan tanto la impermeabilización como el aislamiento:
- Soluciones con silicato cálcico para absorber la humedad por capilaridad.
- Lanas minerales Isover y Rockwool.
- Membranas y morteros impermeables para cubiertas y fachadas.
- Pinturas térmicas, acústicas e impermeabilizantes
Con envío rápido y asesoramiento técnico, tanto profesionales como particulares pueden encontrar lo que necesitan para una obra nueva o una reforma.
Preguntas frecuentes
¿Qué debo hacer primero: impermeabilizar o aislar?
Ambos sistemas son complementarios. Lo recomendable es planificar el proyecto de forma conjunta, aunque la prioridad suele ser evitar filtraciones.
¿Puedo solucionar la humedad solo con pintura?
No. La pintura puede disimular el problema, pero si el origen sigue ahí, la humedad volverá.
¿Existen soluciones rápidas para reformas?
Sí. Hoy en día hay trasdosados autoportantes y placas con aislamiento que se instalan en poco tiempo y sin grandes obras.




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